Mi familia, como dice mi abuela, es una"familia unita": nos vemos mucho y todos queremos saber qué pasa en la vida del otro. Opinamos sobre novios, candidatos, hijos, problemas y alegrías. El lugar de reunión es siempre la casa de mamá y casi siempre estamos todos. Mi abuela hace una torta (que hay que elogiar repetidas veces), mamá se desvive atendiendo a todos, los chicos pululan, papá mira golf o fútbol de reojo desde la mesa, y mi abuelo se queda dormido en el sillón.
El tema es que casi siempre, después de este día en familia, me quedo con ganas de charlar mano a mano con cada uno, sobre todo con Flor que vive lejos, trabaja mucho y hace horarios muy distintos a los míos (con Male me tenemos citas por skype!).
Después de varios intentos fallidos, finalmente pudimos encontrarnos a comer, ella y yo solas (para hablar como esas noches cuando vivíamos en casa, cuando todos se iban a dormir y nos quedábamos en la cocina hasta cualquier hora sin interrupciones). Elegimos Blanch (Andrés Arguibel 2813), un restaurante que hace tiempo quería conocer, ubicado en pleno Cañitas pero con un estilo muy particular, que se acerca más a secreto bien guardado que a los estridentes bares de ese barrio.
Quedé fascinada con el lugar así que escribo este post para recomendarlo. Su comida y tragos, riquísimos (recomiendo los langostinos empanados y pinchos de pollo a la marrakesh) y el ambiente muy amigable, con jazz de fondo. Me sentí como cuando de casualidad entrás a un lugar que acaba de abrir y te fascina la idea de que sea tu descubrimiento! Dato: Los lunes hay "Cocina de amigos". Vienen chefs invitados a cocinar. "Todo empezó por un chef holandés que vino a comer y me dijo que estaba viviendo en Buenos Aires por el trabajo de su mujer y le divertía la idea de cocinar en mi restaurante; así que lo invité" nos cuenta Diego Rizzi, su dueño (su mujer, Florencia Bernardini es dueña de Helena, un restaurante de Palermo del que soy fan de la primera hora).
La noche fue perfecta y prometimos repetirla porque nos hace muy bien estar más cerca. Así que Flor, este post va dedicado especialmente a vos, por ser mi mejor consejera y amiga, por tener una visión de la vida que admiro y por pensar bien con el corazón y la cabeza. Sobre todo, por no hablar tantas pavadas como yo y siempre tener un consejo sabio.
Blanch será desde ahora un lugar de encuentro para nosotras. Así que si van un día y ven dos mujeres en una mesa de un rincón tomando camparis, comiendo langostinos empanados y hablando sin parar, ¡somos nosotras!
7 comentarios:
Que lindo lugar Sil!!Me diste ganas de conocerlo.
Besos
que lindo post! bss
por mas encuentros de esos entonces! que lindo post!
Blanch es divino!! Yo lo elijo siempre por sus ricos platos, pero sobre todo por su ambiente tan especial, perfecto para charlas de amigas!!
Gracias por mostrarnos !!!
Aprovecho para preguntar: Cuando dictas cursos nuevamente??
Besos
Maru
sil, qué tierno este post, me imaginé cada escena, cada momento! muy linda la familia unida, y más las cenas de hermanas. y bien ahí por el dato, lo voy a tener en cuanta aunque no sea para nada fan de cañitas pasando chenaut! jaja!
besos y muy buen finde genia!!!
Chicas, gracias a todas por los comentarios! Después me cuentan! Les mando un beso!
PD: Próximamente sabrán de los workshops decortherapia 2013.
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