sábado, 23 de abril de 2011

Fin de semana de pascuas


Yo sé que quizás citar a Martha Stewart en estos días es un poco trillado, pero la verdad es que esta señora y todo su séquito de creativos y laboriosos colaboradores (porque el mérito, amigos, lo tienen ellos), no dejan de sorprenderme, sobre todo en estos días festivos. Este es un post para los que mañana reciben a sus familias, o para aquellos que van a colaborar con los dueños de casa en la puesta en escena. ¡Felices Pascuas!
Centros de mesa hechos con frascos: adentro se pueden poner huevitos, chocolates de colores, o lo que más les guste a ustedes y sus invitados.

Canastas para la búsqueda de huevitos: cada una con su nombre hecho en una cartulina.

Centros de mesa con pirotines para trufas y caramelos de colores en su interior. La flore es un poco más complicada, pero no imposible. Ideal para hacer con hijas mujeres que se entusiasmen con las labores artísticas!

Un huevo de pascua de chocolate blanco como pesa para el mantel. La idea, soñada, ahora en la práctica habría que medir la temperatura de ese día para evitar posibles derretimientos.....

lunes, 11 de abril de 2011

Cuentos de hadas


Hace unos días, mientras trataba de cerrar una nota y creí que ya me iba a salir humo de la cabeza, me llegó una invitación que me hizo volar un ratito lejos de mi trabajo e inspirarme de nuevo. Se trataba de una idea de Cif (todos conocerán la cremita blanca milagrosa y sus otros varios productos para la mujer moderna) que invitaba a periodistas y bloggers a participar en su nueva campaña que habla sobre los cuentos de hadas,  esos que terminan felices y comiendo perdices... 
Y llegué a la conclusión que en cierto sentido yo ya tengo mi cuento de hadas, todos tenemos nuestro cuento de hadas, si realmente nos lo proponemos. Porque, como decía la decoradora inglesa Ilse Crawford: "La felicidad es un hábito", y se va a generando día a día, intentando potenciar cada momento, transformándolo en una experiencia feliz, conmovedora. 


Mientras reflexionaba sobre todo esto me puse a hacer una listita personal de momentos felices de ese día, desde la mañana a la noche (les recomiendo escribirla, para no olvidarse de nada). 

Comparto con ustedes este resumen de mis momentos mínimos y las invito a sumar los suyos:
1. El sabor de las tostadas recién hechas y el café espumoso bien temprano a la mañana.
2. Despertarme y encontrar mi casa ordenada y limpia (no hay nada más deprimente que los platos sucios de la noche anterior en una mañana de sol. Para mí vale la trasnochada con buena música mientras voy lavando y ordenando hasta dejar todo impecable).
3. El olor a sábanas nuevas (esas que son bien blancas y que cuando las usas por primera vez son una gloria).
4. El olor de libros viejos (los de tapa dura y hojas amarillas. Si están dedicados, mejor).
5. Preparar una torta con los chicos y robar unas cucharadas de masa cruda del bowl, antes de meterla en el horno (lo más cercano al paraíso).
6. Darme cuenta que florecieron los nardos que planté hace tanto tiempo y pensé que nunca llegarían a dar flor.
7. Una canción vieja en un momento inesperado.
8. Cantar a los gritos en el auto (uno de los actos más liberadores y desestresantes de mundo) 
9. Reirte de un chiste malísimo, con la persona que más adorás. 
10. Escribir en silencio a la noche, como ahora (cuando todos se fueron a dormir).

¿Cuáles son tus momentos que te dan la felicidad de un cuento de hadas?

Este es el comercial de Cif que inspiró este post!
Photo Credits: Frl.Klein.s

domingo, 10 de abril de 2011

My Gourmet: De Simone Ramos Generales

El viernes después de un largo y agotador periplo mañanero por el Microcentro porteño, hice una parada estratégica a trabajar y almorzar en De Simone Ramos Generales, un pequeño paraíso en pleno barrio de Florida Este. Había organizado un encuentro de trabajo ahí mismo más tarde, pero como terminé mis cosas antes de lo pensado se me ocurrió llegar antes y disfrutar sola de este lugar enclavado en una esquina de barrio, donde antaño funcionaba una farmacia,  rodeado de casas y árboles. 
Cómo describir el placer de trabajar escuchando bossa nova y espiando los platos que salían de la cocina mientras las poquitas mesas se iban poblando de gente que llegaba, tranquila, caminando. Todos los platos de De Simone son realizados meticulosamente por Carla De Simone, chef y alma mater del lugar, que cuidadosamente elige cada ingrediente y prioriza en su selección los productos orgánicos y naturales. El dato: prueben el bagel casero de salmón, pepino y rúcula. Si van a la hora del té, la taza de café con leche es imperdible (espumosa, enorme) y las tortas una perdición. 



Volveré pronto a De Simone, pero la próxima vez iré con mi abuela Marta, que es una gran compañera de salidas, e iremos a visitar la iglesia de La Guardia, a pocas cuadras de allí, donde se casó con mi abuelo Rodolfo hace 60 años.  

Las estanterías de De Simone, con teteras y tazas antiguas donde sirven el té y los brunch de los sábados y domingos.

Mi almuerzo: bagel casero con salmón, pepinos y rúcula; acompañados con verduras grilladas. Súper recomedado!
De Simone Ramos Generales


Ayacucho esquina Güemes, 4797-6663. 
Abierto de martes a domingos y feriados (hay Wifi). 
Los chicos son bienvenidos (Carla siempre tiene listos lápices de colores y crayones para entretenerlos).  

domingo, 3 de abril de 2011

Con el viento en la cara

La semana pasada disfruté de unos días soñados trabajando en la Patagonia, cerca del mar y con ese viento intenso que te limpia el espíritu y te hace doler los oídos. Ya llevo un día de vuelta en casa y ahora que los chicos ya están dormidos y terminó la corrida del domingo a la noche, vuelvo a conectarme de a poquito con mi rutina y con mi pequeño blog. Hace unos días descubrí BEG, una nueva marca de bicicletas originaria de Cambridge, UK. Siempre soñé con tener una bici como éstas, con canasta bien grande para meter todos mis bártulos y sentir el viento en la cara mientras voy a comprar algo rico a la panadería o paso por el vivero de mi barrio (siempre adoré los viveros). Hay tantos lugares a los que voy en auto y podría llegar mucho más feliz en una de estas bicis...  Sobre todo alguna como éstas, inspiradas en las de antes y pintadas en este divinísimo verde pastel. Por eso, si tienen una bici en su casa y hace rato que no la llevan a pasear, las invito a salir y dar una vuelta y disfrutar de los primeros días de otoño, que son uno de los más poéticos del año. Muy buena semana!