Casi de casualidad y por culpa de un tráfico incesante, decidí ir con mi querida amiga Lu.B. a un restaurante que ella me recomendó: Quimbombó. Acepté no muy convencida pensando que iba a ser el típico lugar pretencioso y poco consistente de Palermo. Pero me llevé una grata sorporesa. La noche era fresca y deliciosa. Ideal para tener esas charlas largas y nutritivas después de mucho tiempo de no estar mano a mano. Nos sentamos en el piso de arriba, junto a la tarraza que mira a la Plaza Armenia, que después visité en compañía de un rico cigarrillo post comida. El menú que elegí, puro deleite: unos langostinos en tempura acompañados de una sabrosísima limonada. Gracias Lu por el dato y por tan linda compañía!
Photo Credits: Silvina Bidabehere para Decortherapia & Quimbombo.